11 / 02 / 2021

LOS TUYOS, LOS MIOS Y LOS NUESTROS

Escribe: Aldo Santome |

Durante el mes de junio del 2009, el Perú vivió una de sus crisis sociales más grandes: el conflicto de Bagua, más conocido como “El Baguazo”, en el que, debido a la aprobación de una serie de Decretos Legislativos emitidos por el Ejecutivo, varias comunidades amazónicas acusaron que estos provocaban una serie de afectaciones sobre sus territorios, por lo que mostraron su rechazo debido a la nula consulta sobre ello. Así, tras no recibir ningún tipo de respuesta por parte del Estado, varios miembros de las comunidades referidas decidieron bloquear la carretera Fernando Belaúnde Terry en señal de protesta.

Ello provocó el inmediato traslado de personal de la Policía hacia la zona, con el fin de disipar a los manifestantes. Sin embargo, ello resultó en un conflicto entre ambos bandos, dejando un saldo de, según cifras oficiales, 34 fallecidos, 46 heridos y un oficial desaparecido. Sin duda, un hecho que debió enlutar a todo el país.

Sin embargo, lo curioso sobre este episodio de la historia se dio durante los días de conflicto y en los días posteriores a este. En ese lapso de tiempo, varias fueron las muestras de rechazo, tanto en medios de comunicación como en declaraciones de varios personajes públicos, hacia las comunidades  amazónicas, a quienes acusaban de “adversarios”[i], “extremistas”[ii], e incluso de “chunchos de la edad preagrícola, ignorantes, primitivos y feroces”[iii].

Así, se reveló una tendencia por señalar al amazónico como enemigo, a la minoría como un obstáculo, al denunciante como adversario, al vulnerable como primitivo; en suma, hubo una tendencia a deshumanizar a otros peruanos, como si estos fueran una plaga por vencer, como si estos no tuvieran intereses válidos por los que debían reclamar.

Pero lo más lamentable, es que esto no solo ocurrió en Bagua, sino que encontró réplica en distintos escenarios, como fueron los conflictos de Conga, Espinar, Tía María y tantos otros. En estos, dicha tendencia por etiquetar a las poblaciones manifestantes como si fueran “enemigas” de la patria también tomó fuerza, justificando todo tipo de acción violenta contra estas poblaciones.

Por supuesto que se requiere orden, por supuesto que nadie puede contravenir las normas y cometer delitos impunemente, eso sería desconocer la labor y el fin de la Policía y las Fuerzas Armadas, lo cual no es mi objetivo. Sin embargo, lo que no debería ser admitido es que se oprima desmedidamente a una población que ejerce válidamente su derecho a la protesta, bajo la justificación de una supuesta “enemistad” contra estas.  Y es que a veces nos cuesta aceptar que ellos también son nuestros hermanos, son peruanos como nosotros, y están amparados bajo las mismas normas. 

Expongo otro caso similar, los asesinatos de dos jóvenes durante las marchas ocurridas en el Centro de Lima en noviembre del año pasado fueron muy lamentadas por toda la población, la que espontáneamente preparó homenajes y murales para recordarles. Y es que fallecer en manos de la policía cuando uno ejerce válidamente su derecho a la protesta es un hecho que, como dijimos, merecer ser condenado socialmente. Sobre ello, planteo la siguiente interrogante, ¿Acaso no se puede asemejar dicha situación a lo ocurrido en Bagua? ¿Por qué tenemos tan presentes a estos dos jóvenes, pero no a los trece indígenas que fallecieron durante dicho conflicto? ¿Será acaso que sentimos más empatía por un joven limeño de clase media que por un indígena amazónico que vive en la selva?

A puertas de cumplir doscientos años de independencia, pareciera que la construcción de la “Nación peruana” es un idílico cada vez más lejano. Lamentablemente, poco han sido los esfuerzos por construir el tan ansiado “Nosotros”, lo que nos ha llevado a construir muros para diferenciar a los “tuyos” de los “míos” constantemente.

Por ello, siguiendo las palabras del Papa Francisco durante su visita al Perú, urge reconocer el rol que cumplen estas comunidades en la sociedad, sin hacer una idealización de un estado natural ni tampoco convertirlas en un museo[iv].  Aunque, claro está, lo anterior no solo aplica para las comunidades amazónicas, sino para todos los colectivos que conforman este país y que merecen el reconocimiento como partícipes de la vida en común.

El Perú en el que vivimos no es el mismo en el que vivieron mis abuelos, quienes crecieron y migraron con una eterna promesa de desarrollo que nunca llegaron a ver. Tampoco es el mismo país en el que crecieron mis padres, donde las sombras del terrorismo y la crisis económica parecían desaparecer toda esperanza. Incluso, me atrevo a decir que el Perú de hoy tampoco es el mismo en el que crecí, donde se nos mostraba el discurso del crecimiento económico como un único índice de desarrollo. El Perú de hoy es otro, y está en constante evolución.

Hoy sabemos que el crecimiento económico no tuvo un correlativo crecimiento a nivel de desarrollo. La crisis sanitaria producto del COVID-19 ha revelado públicamente lo endeble que, por ejemplo, puede ser nuestro sistema de salud, pensionario, educativo o laboral. ¿Dónde se vio reflejado el crecimiento económico de los últimos años en esos sectores?

En el año del Bicentenario, con unas elecciones presidenciales y congresales en unos meses, es momento ideal para reconocer nuestras falencias como sociedad y, con una mirada autocrítica hacia el pasado, poder empezar a trabajar en un Perú que, haciendo alusión a Gonzalo Portocarrero, ya no tenga esa urgencia por decir “Nosotros”.


Foto portada: https://rpp.pe/peru/historia/baguazo-todo-lo-que-debes-saber-sobre-la-masacre-y-las-heridas-que-aun-no-cierran-noticia-1127125

[i] García Pérez, Alan. “A la fe de la inmensa mayoría”. Expreso.28 de junio de 2009. Recuperado de http://rpp.pe/politica/actualidad/presidente-alan-garcia-publica-nueva-carta-a-la-fe-de-la-inmensa-mayoria-noticia-191338.

[ii] Luis Miguel Vidal. 2009. Spot publicitario gobierno peruano ante masacre Bagua. [Video]. Publicado el 10 de junio de 2009. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=CYxSH07s-Bs.

[iii] Bedoya Ugarteche, Andrés. “¡Pobrecitos chunchos! Y otras torpezas”. Correo. 13 de junio de 2009. Recuperado de https://diariocorreo.pe/opinion/pobrecitos-chunchos-y-otras-torpezas-394622/.

[iv] Discurso del Papa Francisco en el Encuentro con los Pueblos de la Amazonía. Coliseo Madre de Dios (Puerto Maldonado). Viernes, 19 de enero del 2018.

Categoría: Actualidad

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Aldo Santome

Abogado por la PUCP. Adjunto de docencia en la Facultad de Derecho PUCP