22 / 04 / 2021

IGUALDAD DE OPORTUNIDADES PARA LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD

Igualdad de oportunidades quiere decir que todos, sin excepción, tengamos la posibilidad de alcanzar nuestro desarrollo pleno. Es decir que la sociedad, a través de las Instituciones del Estado y de diversos mecanismos[i], garantice que las personas tengan accesibilidad a una atención que les permita, en la medida de lo posible, ser independientes y ser valoradas y respetadas como seres humanos. Por lo tanto, resulta indispensable preguntarnos qué sucede, respecto de ello, con las personas con discapacidad y cuáles serían los principios que debemos tener en cuenta para que se hagan realidad sus derechos.

            En primer lugar, debemos considerar la importancia de la INNOVACIÓN, tanto en la metodología de enseñanza como en la creación de espacios físicos que permitan la puesta en práctica de los conocimientos adquiridos de manera segura. Las personas con discapacidad -ya sea sensorial, física, mental o intelectual- no perciben el mundo dentro de los parámetros que podríamos denominar “normales”; por lo tanto, si este mundo no es adaptado a sus necesidades, ellos quedan fuera de él, segregados, arrinconados y sin posibilidad de desarrollarse.

            Por lo tanto, para integrar personas con discapacidad a la escuela o al trabajo resulta indispensable que las políticas públicas sean de todos. Esto quiere decir que tanto el Estado como la empresa privada trabajen de la mano de las organizaciones sin fines de lucro que elaboran proyectos en pos de la mejora de la calidad de vida de grupos vulnerables. De esta manera, el control de los objetivos propuestos será mutuo y los resultados constantemente evaluados. Asimismo, el fin social de la riqueza del erario público podrá ser controlado con mayor facilidad.

            Por otro lado, debemos tener en cuenta la individualidad de la persona acogida: mientras mejor detectadas estén sus necesidades y más puntuales sean las propuestas de solución, mayores y más apropiados serán los resultados de desarrollo e integración que estamos buscando. En estos casos es muy importante partir de uno o de grupos pequeños y sólo generalizar la política cuando se tenga la certeza del éxito en la metodología aplicada. No obstante, nunca se puede “amontonar” y todos –desde el Estado, la empresa y la sociedad- deben estar y sentirse comprometidos. De esta manera, el peso de la discapacidad se diluye entre los diferentes actores y podemos ser solidarios no sólo porque damos lo que nos sobra, sino porque participamos activamente del dolor del otro.

            En segundo lugar, debemos tener en cuenta el RESPETO como un principio básico para lograr la accesibilidad de las personas con discapacidad a un desarrollo pleno. Para iniciar, debemos tener consideración a su ritmo de trabajo y a su proceso de aprendizaje. Las bases sobre las cuales se sustenten estos resultan esenciales para su futuro desenvolvimiento. Es decir, si se logra un ambiente de acogida sincero, y las condiciones psicológicas necesarias para un desarrollo óptimo se dan, entonces los resultados pueden sorprendernos. Debemos, por consiguiente, lograr seguridad, desarrollo de la autoestima, independencia, autocontrol emocional, confianza, motivación, entre otros, para luego seguir avanzando sobre la base sólida de un yo que se siente amado, comprendido y, por ende, aceptado.

            Asimismo, en la parte intelectual hemos observado que la metodología de enseñanza no siempre es adecuada, pues los procesos de abstracción suelen ser complejos y complicados y nuestra relación concreta con el mundo es básica para que se vayan filtrando en nuestra alma los conceptos[ii]. No obstante, en los primeros años no se afianza el conocimiento práctico y vivencial paralelamente al teórico. Más aún, se pretende enseñar a leer y escribir a partir de fonemas sin que estos tengan una correlación directa con la realidad. Esto resulta fatal para una gran cantidad de niños que pueden llegar a leer, pero no a entender lo que pronuncian dificultosamente. Es de resaltar que en los casos de aquellos infantes que presentan discapacidad el método se revela en su total y absoluto fracaso.

            El último elemento importante a tener en cuenta es la PACIENCIA. Esto quiere decir que no debemos desfallecer en nuestro intento por lograr la integración social, laboral y educativa. Para conseguir este fin, los medios que usemos resultan de vital importancia. No obstante, no siempre pueden ser estandarizados. Por ello, se necesita el total compromiso de los profesionales en torno a la persona o personas con discapacidad. Por ejemplo, en el caso del aprendizaje, los métodos de enseñanza deben adaptarse al alumno y estos deben ser múltiples y creativos; en el caso de personas con discapacidad física, el espacio donde se desenvuelven es de vital importancia, por ello, debe adecuarse a las necesidades de quien estamos integrando; por otro lado, si tenemos una persona con deficiencia auditiva es importante usar todos los medios visuales posibles para que no llegue con retraso a la información y esto pueda causar sensación de desamparo.

            En conclusión, la igualdad de oportunidades es un compromiso que debemos asumir como sociedad y como nación. Para lograrlo, debemos poner todas las Instituciones del Estado al servicio de este fin: la parte legal, la infraestructura, la parte operativa. Asimismo, la empresa privada debe colaborar de manera directa o indirecta, cumpliendo con una cuota. En este caso la flexibilidad de la ley es importante. Es decir, este porcentaje debe cumplirse ya sea contratando personas con discapacidad en las mismas instalaciones de la empresa, contratando a destaco en empresas sociales, tercerizando el servicio o donando la cantidad correspondiente según la magnitud de la empresa a una asociación sin fines de lucro dedicada al tema de discapacidad. Finalmente, cada uno de nosotros debe sentirse comprometido y saber que nuestra colaboración es importante para lograr una integración auténtica y duradera; para que nuestro mundo y nuestro corazón se expanda en beneficio de alguien que lo necesita. “Sólo quien carga el costal sabe lo que lleva adentro”: carguémoslo juntos.


[i] Tradicionalmente se ha entendido que el Estado procure ciertos servicios, como educación y salud. Este es un camino. No obstante, en el Perú se ha olvidado dos funciones básicas del Estado: como ente regulador y como ente fiscalizador. Si cumpliera a cabalidad dichos deberes, podría asistir, a través de las normas y del cumplimiento de las mismas (no olvidemos que la ley establece o debería establecer sus mecanismos de ejecución), de manera puntual y directa para lograr el desarrollo de determinados grupos poblacionales y, de esa manera, equilibrar las fuerzas dentro de una sociedad.


[ii] Por ejemplo, si como referente a la palabra pescado sólo se tiene un filete o una milanesa de ese animal, el concepto que se creará en el cerebro será pobre y equívoco. Por el contrario, si se tiene una pecera; se lo cría; se conoce qué come, su ritmo al nadar, que es feliz con otros peces; el concepto que se crea en el cerebro permitirá no sólo entender qué es un pescado, sino un ser vivo, sus ciclos vitales, su entorno, su atmósfera, su forma de comunicación y muchos otros sistemas en torno a la vida de ese vertebrado y a lo que hace posible su existencia. Recién ahí una luz se enciende en el cerebro y se entiende, finalmente, todo lo que es y lo que involucra una palabra tan simple como “pescado”. En conclusión, el conocimiento parte del contacto con lo real y concreto: sólo cuando nos involucramos con ese entorno y lo amamos, la comprensión es verdadera y enriquecedora y la palabra “se hace vida”.

Categoría: Salud

Etiquetas: , ,