Muchas personas sabemos de la importancia que tiene para nuestro organismo recibir dosis de luz solar, con el objetivo de reforzar los niveles de vitamina D, elemento indispensable para que el sistema inmunitario pueda combatir las bacterias y los virus que nos atacan además de fortalecer nuestros huesos. Sin embargo, es fundamental conocer lo nocivo que puede ser para nuestra salud si nos exponemos al sol por periodos prolongados sin la protección adecuada.
Los rayos ultravioletas (UV) son más intensos y peligrosos en verano, en zonas próximas a la línea ecuatorial y en grandes altitudes, tal como ocurre en distintas ciudades de la costa, sierra o selva de nuestro país. En el Perú, con el paso del tiempo, la intensa radiación se incrementa debido a la contaminación ambiental que ocasiona que nuestro país pierda cada año un promedio de 1% en la densidad de la capa de ozono, gas que está en la atmósfera y que amortigua el paso directo de los rayos UV.
Es así, que la exposición solar puede generar una serie de lesiones en la piel con síntomas complejos como quemaduras, envejecimiento, arrugas, reacciones alérgicas y, entre las más peligrosas, cáncer de piel. Este último, que se constituye como el crecimiento anormal de las células de la piel, puede ser prevenido si conocemos y practicamos los cuidados apropiados.
Esta enfermedad se manifiesta principalmente en las zonas más expuestas al sol, como el cuero cabelludo, el rostro, los labios, las orejas, el cuello, el pecho, los brazos y las manos, y, en el caso de las mujeres, las piernas. Pero también puede formarse en áreas que rara vez ven la luz del día: las palmas de las manos, debajo de las uñas de las manos o de los pies y el área genital/anal. En general, afecta a personas de todos los tonos de piel, incluidas aquellas con tez más oscura.
Entre las principales señales de esta patología maligna se encuentran lesiones cutáneas que aparecen generalmente como protuberancias elevadas, brillantes y firmes, de color rosado o casi transparentes y que con el paso del tiempo pueden aparecer vasos sanguíneos visibles en su superficie, en los que se forma una especie de costra que puede sangrar y aparentemente cicatrizar pero que nunca sanan.
Lunares
La detección del cáncer de piel también tiene una estrecha relación con la aparición de lunares; y, para ello, se debe aprender a identificar ciertas señales que podrán indicar la presencia de un cáncer. Los parámetros que se usan para ello se resumen en el A, B, C, D, E que son las iniciales de Asimetría, Borde, Color, Diámetro y Evolución. Si un lunar presenta bordes irregulares, es asimétrico, no tiene color homogéneo, mide más de 6 mm de tamaño o cambia en el tiempo, debemos descartar una lesión maligna y acudir rápidamente al especialista para su evaluación, en este caso al dermatólogo.
Factores de riesgo
Entre los factores de riesgo más comunes para desarrollar este tipo de cáncer se encuentran: la exposición solar prolongada durante la práctica de deportes al aire libre, jornadas laborales veraniegas en las playas al mediodía sin protección y como consecuencia del ejercicio sin la debida protección durante las horas de sol.
En ese sentido, podemos mencionar que existen ciertas ocupaciones que predisponen al cáncer de piel; personas como los pescadores, agricultores, albañiles, choferes, heladeros y los trabajadores de obras públicas, entre otros, son claros ejemplos de tareas con alto riesgo de contraer este tipo de enfermedad.
Por otro lado, las personas que sufren de calvicie o que suelen llevar el cabello rapado se suman al grupo de riesgo debido a la falta de protección del cabello en esta zona.
Estadística
Debido al incremento de la radiación solar, se calcula que 1 de cada 5.000 peruanos desarrollará algún tipo de cáncer de piel en los próximos años ya que las cifras van en aumento. Es importante conocer que la piel tiene memoria y acumula los años de exposición al sol, lo que causa que las personas desarrollen cáncer de piel cuando están en los 40 o 50 años.
En esa línea, es importante considerar que el Perú ocupa uno de los primeros lugares con los más altos índices de radiación solar del mundo, sobre todo en regiones como Junín y Puno, llegando a alcanzar índices de hasta 20 puntos, un nivel considerado “extremo”.
Tipos de Cáncer de piel
Puede presentarse en dos tipos, siendo los más frecuentes: el de tipo no melanoma (90 %) que se divide en carcinoma basocelular y carcinoma epidermoide y el de tipo melanoma que representa el 10 % del total, siendo el más peligroso, sobre todo si se detecta en etapas avanzadas.
El cáncer de piel crece lentamente y en algunos casos puede dañar a otros órganos, sobretodo el del tipo llamado “melanoma”. Se manifiesta principalmente en las zonas de la piel más expuestas al sol. Sin embargo, también puede ocurrir en zonas no expuestas al sol como la planta de los pies, sitio mas frecuente de melanoma cutáneo en nuestro país conocido como “lentiginoso acral”.
La cirugía que consiste en la extirpación de la lesión es el tratamiento más común de este tipo de lesiones y puede complementarse con quimioterapia o radioterapia dependiendo de los estudios que permitan reconocer el estadío y tipo de la enfermedad.
Detección Temprana
Asimismo, resulta imprescindible estar atentos y revisar si alguna área de nuestra piel presenta cambios sospechosos, ello debido a que la detección temprana del cáncer de piel brinda una mayor probabilidad de que su tratamiento sea exitoso, si está en fase inicial, sea cual sea el tipo de cáncer, curándose al 100%.
En ese sentido, una vez al año deberíamos todos chequearnos la piel, todas las manchas y lunares, sobre todo las personas que tienen antecedentes de cáncer de piel en familiares cercanos, quienes deben realizar un chequeo dermatológico incluso cada seis meses
Prevención
A manera de proteger y cuidar nuestra salud, es necesario tener en cuenta que las personas en general debemos utilizar siempre un protector solar o bloqueador con FPS (Factor de Protección Solar) mínimo de 50, además del uso de sombreros de ala ancha o gorros con viseras que evitarán quemaduras y posibles lesiones más graves. Del mismo modo, protegernos las orejas debido a que es un lugar que casi siempre nos olvidamos y solemos exponerlas al sol sin protección alguna.
En el caso de los niños de forma especial, es recomendable que se evite la exposición solar en los horarios que se consideran más peligrosos, es decir entre las once de la mañana y las dos de la tarde que es cuando los rayos ultravioletas caen más perpendiculares y son más nocivos, y si se trata de menores de un año, no exponerlos al sol debido a la inmadurez de su piel.