17 / 05 / 2021

CAMBIO Y LA NECESIDAD DE TRANSITAR SALUDABLEMENTE

En mi formación humanista y trabajando en campos educativos, instituciones y empresas, siempre puse el foco de atención en la importancia del bienestar psicoemocional donde lo cognitivo, físico, emocional y habilidades sociales, puedan armonizar y conciliar de manera adecuada con miras a la reflexión.

Cambio, cambio y más cambios, generados no sólo por los factores de crisis que vive el mundo, por ende el ser humano, la naturaleza, la sociedad en su conjunto, qué remueven los cimientos de nuestros espacios personales, familiares, laborales y medio ambiente (sistemas).

Las personas somos los protagonistas, donde nuestra visión más humana identifica al entorno con el cual interactuamos físicamente, emocionalmente y conductualmente. Por ende cada sistema persona, familia, trabajo, comunidad,  genera una gran influencia.

Durante nuestro desarrollo, nos  vamos vinculando en estos entornos y es en  la manera de intercambiar qué se  generan un estilo relacional de afectividad y conectividad con el entorno.

Desde un enfoque de la psicología histórico-cultural, Urie Bronfenbrenner, psicólogo (Moscú, 1917 – Ithaca, NY, 2005) cuyos aportes han tenido un gran significado en el campo de la psicología, pues dejó abiertas muchas puertas para el estudio y la modificación de la conducta humana, por medio de su creación teórica sobre los sistemas ambientales y cómo estos influyen en los individuos y los cambios que puedan ocasionar. Su teoría de la ecológica del desarrollo humano, una de las más aceptadas dentro de la psicología evolutiva actual, menciona lo importante que es observar cómo ocurre el desarrollo del hombre, siguiendo el contexto en el que estaba inmerso, es decir, su situación socioeconómica, sus relaciones familiares y laborales entre otras.

Urie Bronfenbrenner (1987): “La ecología del desarrollo humano comprende el estudio científico de la progresiva acomodación mutua entre un ser humano activo, en desarrollo, y las propiedades cambiantes de los entornos inmediatos en los que vive la persona en desarrollo. Este proceso se ve afectado por las relaciones que se establecen entre estos entornos, y por los contextos más grandes en los que están incluidos”.

Frente a este enfoque, sin dejar de tener en cuenta otros enfoques interesantes desde la psicología y otras disciplinas, me interesó mucho analizar y observar cómo estas relaciones se generan y sobre todo el impacto de la mutua influencia.

Por ello, retomando el concepto de cambio y la importancia del acompañamiento en el transitar, no puedo dejar de lado la mirada del propio individuo en su proceso personal y de responsabilidad qué debe asumir y que nos corresponde activar, sino también, cómo los entornos, cobran una real importancia en la manera de comunicarnos, en las creencias que tenemos y por ende cómo validamos, lo que pensamos que es la “verdad”, nuestra verdad.

A estos aspectos, se suman lo más profundo del ser humano, su ética y los valores universales, qué nos hacen empoderarnos como personas pensantes y afectivamente conectadas con los demás y nuestro entorno.

Pero no dejo de reconocer, que estas ideas, en el escribir y en el pensamiento son interesantes, pareciendo sencillas de activar y de vivir. Nada más lejano que la realidad, las personas somos lo que decimos, pero somos en lo que hacemos y por ende el reflejo de nuestro linaje, herencia y su ontogenética como ser humano.

En todo proceso de desarrollo hay crisis y cambios, estos aspectos se visualizan en el desarrollo evolutivo y en las distintas etapas que se evidencian en cambios en los procesos culturales, políticos y ambientales, también se manifiestan constantemente en la toma de decisiones y en la manera de transitar las situaciones que nos suceden. Por ello, reflexionar acerca de:

¿Cómo cada uno mira su propio cambio? ¿Qué sistemas de creencias se tiene acerca de lo que ocurre? ¿Cómo se enfrentan y se gestionan acciones que ayuden a transitar?

¿Qué mecanismos saludables son importantes que aprendamos a incorporar y a mantenerlos en el tiempo? Podría continuar, colocando más preguntas que ayuden a la introspección.

Hoy la pandemia por el COVID-19,  nos cuestiona la crisis del confinamiento y la inseguridad frente a la vida, a la enfermedad  y a observar las actitudes y comportamientos de cada uno de nosotros frente a la pérdida qué se ven reflejados, no sólo en lo que comunicamos sino en las acciones preventivas que deben incorporarse por el bienestar personal, de nuestras familias y los seres humanos. Hoy descubrimos las intenciones reales de sensibilidad, solidaridad de cada persona y grupo y nos coloca frente al mundo una prueba de valor de vida.

Seremos capaces de identificar este cambio, no sólo porque nos ocurre a nivel personal, donde estamos lidiando con nuestras emociones, pensamientos, organización y dinámica. Podremos ir más allá y generar acciones colectivas de autocuidado y de prevención, no solo con miras a futuro sino en la revisión de solucionar problemas actuales.

Seremos capaces, una vez que pase este proceso, o como lo llaman “nueva realidad”, de poder compartir espacios sociales más saludables, dónde se activen la compasión hacia los demás y el cuidado de nuestro entorno y qué no recaigan en acciones de algunos grupos, sino una mirada hacia el cambio de nuevas formas conscientes y saludables.

Por otro lado, ¿Qué función tendrán los sistemas de salud y educación frente a estos procesos de acomodación? ¿Qué rol tendrá la sociedad y cada uno de nosotros?

Todos tenemos un rol que identificar para luego ponerlo en acción. En este proceso, de ensayo y error, será el camino del aprendizaje, sólo con la salvedad de poder rectificar aquello que debe ser mejorado para continuar y ser un replicador de buenas prácticas.

Entonces, frente a lo que vivimos y transitamos, la incertidumbre será un  proceso a analizar y planificar.

Focalizarnos y tener clara la necesidad de logro, será un primer paso para generar introspección y así organizar y proyectar acciones viables, afectivamente conectadas, para transitar saludablemente el cambio.

Categoría: Salud

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Eleana Andrea Kosoy

Psicóloga y docente universitaria C.P.P 5203