Deuda, Sudor y lagrimas
Escribe: Juan Mendoza* │
PPK endeuda al Perú en más de 40 mil millones desde junio de
2016. Se registra mayor déficit fiscal del siglo XXI.
El Perú cerrará el 2017 con el mayor déficit fiscal en lo
que va del siglo: poco más de 22 mil millones de soles o 3.2% del PBI. Con
ello, este gobierno habrá endeudado al país en más de 40 mil millones de soles
desde junio de 2016. A este ritmo, Kuczynski será el Presidente que
más endeudará al Perú desde el gobierno militar de Velasco y Morales Bermúdez.
Al igual que con Ollanta Humala, el déficit y la deuda no
dejan de aumentar. Humala recibió un superávit de 2% del PBI que convirtió en
un déficit de 3%. Entre junio de 2014 y junio de 2016, la deuda pública, como
fracción del PBI, se incrementó de 18.5% a 22.2%. Kuczynski es Humala corregido
y aumentado: la deuda alcanzará la friolera de S/.182,500 millones en
diciembre, lo que equivale a 26% del PBI. En apenas 17 meses de gobierno, PPK
tendrá la dudosa distinción de ser responsable de más de la quinta parte de la
deuda nacional.
Hay tres razones que explican el abultado déficit fiscal y
la explosión de la deuda pública. La primera es el equívoco rumbo de la
política tributaria con Humala y PPK. Alonso Segura redujo las tasas del
impuesto a la renta para estimular la inversión. Alfredo Thorne cambió el
régimen del IGV dizque para formalizar. La inversión se contrajo y nadie se
formalizó. Pero, los ingresos tributarios, como proporción del PBI, se han
desplomado en 20% entre diciembre de 2014 y el primer semestre de 2017.
La segunda razón es la menor expansión de la economía: a
menor dinamismo de los negocios menor recaudación fiscal. La tasa promedio de
crecimiento económico fue 5.5% entre el 2000 y el 2013, pero solo 3.2% entre el
2013 y el 2016. PPK es más de lo mismo: la economía ha crecido 2.4% en lo que
va del año.
La tercera razón es el mayor gasto de gobierno. Por ejemplo,
el gasto corriente se ha incrementado en más del 10%, como fracción del PBI,
entre 2011 y 2017. Pero, ¿cómo así puede aumentar el gasto público sin que se
observe mejoras en la calidad y cantidad de los servicios públicos? Parte de la
respuesta tiene que ver con el incremento en las consultorías inútiles para los
amigos, en la publicidad estatal para comprar a la prensa, así como en la
repartija de puestos públicos y prebendas.
Tampoco han ayudado al equilibrio fiscal los numerosos
elefantes blancos que Humala empezó y que PPK se ha empeñado en continuar. Este
gobierno y el anterior han emprendido proyectos innecesarios o con precios en
extremo inflados. Los Panamericanos, US$1,300 millones, son un ejemplo perfecto
de tirar la plata al mar. La Línea 2, con un presupuesto de US$6,620 millones,
cuesta el doble por kilómetro que la Línea 1 o que las nuevas líneas del metro
de Santiago de Chile. Y mejor ni hablar de la absurda Refinería de Talara o de
la posible continuación del Gasoducto del Sur con garantía pública.
El precio del cobre, nuestro principal producto de
exportación, ha aumentado 40% desde julio de 2016. Gracias a ello, es razonable
anticipar que las exportaciones se incrementen en cerca de 20% el 2017. En
condiciones normales, la economía peruana debería crecer 5% o más ante tamaño
impulso externo. Pero, la recuperación económica es endeble. El PBI primario,
sin considerar minería y pesca, apenas ha crecido 1.9% entre enero y setiembre.
La manufactura no primaria ha vuelto a caer 2.3% en setiembre. La industria
textil produce 22% menos que en diciembre de 2011. Los ingresos laborales están
en neutro. La proporción de trabajadores subempleados ha aumentado en más del
10% durante este gobierno. Solo en Lima, 210 mil más engrosan las filas del
subempleo que hace 15 meses.
El gobierno apuesta a que la recuperación de la inversión
reactivará el crecimiento y estabilizará las cuentas fiscales. Es una apuesta
harto incierta. ¿Cuánto puede crecer una economía sobre la base de gastos y
proyectos superfluos o con grosero sobrecosto? ¿Cuánto puede aumentar la
inversión en un país en que el propio Presidente de la República estaría
directamente involucrado en el escándalo Lava Jato?
Urge relanzar las reformas de economía de mercado
abandonadas desde la década de 1990. El Perú es cada vez menos competitivo como
consecuencia del dispendio fiscal y la ausencia de políticas macroeconómicas y
sectoriales eficientes y eficaces. De no haber un cambio radical en la
conducción económica, la deuda pública superará fácilmente el 30% del PBI al
final de este gobierno.
Los agentes nacionales e internacionales, que cobran jugosas
comisiones cada vez que los gobiernos de turno endeudan a nuestro país, ganan
con el desbalance fiscal. Pero las deudas no se pagan solas. Seremos los
ciudadanos quienes cargaremos con el lastre de la farra fiscal de Humala y
Kuczynski.
*Economista.
Twitter: @JMendoza_Peru │ www.juanmendozaperu.blogspot.pe