¿Cómo educar en la fe a los jóvenes?
Escribe: Luis Esponda* │
Hablar de educación en la fe a jóvenes de secundaria y jóvenes en
general es un reto arduo, pero si los llevamos a la acción concreta de servicio
al prójimo (Que no es otro que Cristo) entonces la tarea se agiliza y el
resultado se hace más palpable, porque en la acción concreta de servicio a los
menos favorecidos surgen en el adolescente y tierno joven, una serie de valores
como la creatividad, la solidaridad que supone iniciativa para lograr la ayuda,
desprendimiento de cosas materiales para donarlas, desprendimiento de su
tiempo, tenacidad hasta llegar al objetivo, compañerismo, no solo con el equipo
que hace la obra de bien, sino también con las personas receptoras de la
actividad a su favor, sensibilidad social, porque una cosa es hablar del
prójimo o de los pobre en abstracto y otra hablar de una persona desfavorecida
con nombre y apellido, es decir, con rostro humano; otro valor deseo de conocer
más la problemática, sus causas y posibles soluciones. Comprensión ante la
ingratitud del favorecido, (pobre no solo es el que no tiene nada sino también
el que no tiene valores y a veces le haces el bien y te devuelve ingratitud).
Solo haciendo obras concretas como: hacer una casa de madera en un
pueblo joven, ayudar con materiales, para construir un aula más, en una
escuela, organizar una chocolatada navideña etc. Es cuando el joven comienza a
entender que es a Cristo a quien sirve, y que necesita el también estar unido a
Jesús arreglando su vida y asumiendo con seriedad el crecer en valores.
Es necesario entonces que el agente pastoral o el profesor de Religión
busquen la forma de concretizar la ayuda de una obra social de ladrillo y
cemento y hacer que el equipo de profesores entienda que, para educar en y por
los valores, se debe tener una obra social concreta, palpable, los alumnos lo
entienden se comprometen y lo hacen. Hasta aquí un trabajo de formación humano-cristiana.
Luego viene la enseñanza de la fe en sí misma es hablar en clase de
religión de las verdades de fe, que siempre desembocan en amor a Dios y amor al
prójimo, pero como ya aman a los pobres, el amor a Dios entra a puestas
abiertas en el corazón de esos jóvenes. De este modo el profesor de religión se
convierte en un promotor de formación humana - cristiana donde el joven llega a
crecer como persona coronando toda esta enseñanza de religión teórica y
práctica con la construcción de un PROYECTO DE VIDA que lo haga Ético y
Exitoso. Algunos ejemplos: El Colegio tenía un escuelita en un asentamiento
humano. Allí nos propusimos construir con la ayuda de los alumnos: dos aulas,
el reto era hacerlo con la comunidad, esta ponía la mano de obra y el colegio
los materiales. Los alumnos sabían que tenían que donar solo dinero de su
propina, no pedir cuota especial a sus padres, había un cuadro en cada salón
con un damero donde cada cuadradito costaba un sol que el donante pintaba
cuando donaba.
Los alumnos iban a visitar la escuelita, lo lógico era jugar un
partido de fulbito para entablar amistad (siempre nos ganaron) por lo que los alumnos
de la escuelita ahijada tuvieron la idea de hacer dos equipos mixtos, la
amistad se dio más fácilmente. De regreso a nuestro colegio nacieron algunas
iniciativas de los mismos alumnos: Cada aluno tendría un ahijado para guiarlos
en el camino del bien, la Directora de la escuelita haría de modo que el
ahijado no fuera un pedigüeño. Lo padrinos podían compartir, si lo querían
algunas cosas con el ahijado. Es así como un padrinito estando en Miami se
acordó del ahijado y le trajo un regalo desde allí.
Era interesante ver como un padrino del Colegio (de esos “piel de
judas”) daba consejos a su ahijado de buen comportamiento. Se estableció una
fluida comunicación cartas van y cartas viene. La otra iniciativa fue cuando un
alumnito de la escuelita ahijada, había venido de Huancavelica con su familia
huyendo de sendero, pero este niños tenía una pierna amputada a la altura de la
rodilla y caminaba con palo de retama a modo de muleta, esta vez fueron los
alumnos de quinto de secundaria que se propusieron: primero comprarle un par de
muletas como para niño, luego comprarle una pierna ortopédica, a mi pregunta si
podíamos hacer una rifa o algo parecido un alumno dijo: Profe eso ya está
obsoleto, yo estuve en un colegio en USA en intercambio estudiantil y allí hicimos
“un día de no uniforme”, a mi pregunta de cómo es eso, dijo un día venimos al
colegio sin uniforme y pagamos 5 soles. Se ve que mis alumnos amaban mucho el
uniforme, porque ese día todos vinieron en ropa de calle y juntamos 5,500.00
soles con eso pagamos la pierna ortopédica, las terapias de entrenamiento, y
los pasajes a la Clínica San Juan de Dios.
El 13 de diciembre de ese año el niño entraba al colegio nuestro,
caminando con su pierna ortopédica, lo lleve a saludar a los alumnos de los
diferentes salones, los alumnos de mi colegio incluidos profesores apenas
contenían las lágrimas de emoción. Le habíamos puesto una pierna a Jesús niño.
Que fácil me fue enseñar religión de ese modo. 6 años más tarde, los de la
promoción que era la equivalente a la de este niño me dijeron: ¿Profesor que es
del niño al que le pusimos la pierna postiza? Les conté que ya era un joven
como ellos y que de arquero era buenazo.
En ese salón estaba el presidente del Consejo Estudiantil del colegio
y me dijo: los del Consejo Estudiantil tenemos un presupuesto de 5.000 soles
para una cena del consejo a fin de año, quiero proponer al Consejo Estudiantil,
destinar ese dinero para ponerle la pierna definitiva a nuestro amigo y
compañero. Esta vez las lágrimas fueron mías, lágrimas de alegría y de ver cómo
fue importante enseñar religión y valores a estos futuros exalumnos y
entregarlos a la sociedad así de generosos y con sensibilidad humana. Tengo
muchos casos más que contar, pero serán motivo de otros artículos.
*Filósofo y educador, ex Director del Newton College